lunes, 3 de julio de 2017

Prueba de Amor


Era 12 de febrero y faltaban dos días para San Valentín, Nicolás Zalquin salía hace cuatro años con Lucia Romero. Nunca hubo problemas entre ellos, se querían mucho, habrán tenido dos o tres discusiones que no vienen al caso, eran discusiones menores que no afectaron en nada a la relación.

Ese día después de comer Lucia le hizo una propuesta a Nicolás, estaba muy segura que eso le iba a demostrar cuanto amor es el que él siente por ella.
La propuesta fue así:

Lucia: -Quiero que me demuestres en San Valentín que me queres de verdad.-
Nico: -Pero yo te quiero de verdad Luli, ¿Queres que ese día invite a comer?-
Lucia: -No.-
Nico: -¿Queres que te regale un peluche?-
Lucia: -No me gustan.-
Nico: -¿Y entonces? ¿Qué te gustaría?-
Lucia: -Quiero que me escribas una carta.-
Nico: -¿Una carta? ¿No es medio vago y cursi eso?-
Lucia: -No lo es para mí, ¿alguna vez te sentaste a escribir una carta? No es tan fácil, no es solo escribir un par de oraciones, siento que aquel que puede demostrar el cariño y el amor que siente por alguien a través de las palabras, está hablando en serio. Demostrámelo.-
Nico: -Bueno, lo voy a intentar- Dijo y sonriendo le dio un abrazo.

Al día siguiente Nico se olvido por completo que tenía que escribir la carta, cuando ya era casi de noche recordó el pequeño gesto que tenía que hacer por Lucia y asustado por el poco tiempo que tenia corrió a buscar las cosas que necesitaba.

No le salía una palabra, él recordó que Luli le había dicho que era difícil, pero nunca creyó que iba a ser para tanto. Estaba sentado en el escritorio y mientras se agarraba la cabeza miraba seriamente la hoja en blanco.
Su cabeza renegaba, las palabras no aparecían y el tiempo se pasaba tan  rápido que parecía a propósito. Muy frustrado y ya sin más minutos disponibles, soltó el lápiz y se fue a buscar una segunda opción.

Ya era San Valentín y mientras iba de camino a lo de Luli paso por un negocio y compro el chocolate más grande que vio. Sabía que no iba a servir de mucho, se sentía muy mal por no haber escrito la carta. Caminaba y pensaba que ella no lo iba a querer ver más, le había fallado. No la quería perder.

Una vez en la puerta de su amada cerró los ojos, tomo mucho aire y lo dejo salir despacio. Le mando un mensaje diciendo que estaba afuera y sin hacerlo esperar ella lo atendió.

-¡Feliz San Valentín!- dijo Nico.
-¡Igualmente para vos mi amor! Te tengo un lindo regalo.- Respondió Luli.
-Yo también tengo algo para vos, pero primero quiero ver el tuyo.- dijo él.
-No, primero el tuyo- dijo ella.
-Es que no se si te va a gustar- Respondió.
-Prometo que me va a gustar muchísimo- Dijo Luli mientras se reía.
-Bueno está bien- Respondió mientras le entregaba el súper chocolate que le había comprado.
-¡Ay! ¡Me gusta muchísimo! ¡Muchas gracias!- respondió ella.

En ese momento Nico se la quedo mirando y su mente no entendía nada, hasta ese momento no había aparecido el tema de la carta. Tratando de evitar que ella no se acuerde de eso y para matar el silencio dijo:

-Me alegro mucho que te haya gustado, me vas a tener que dar un poco eh, no te lo vas a terminar sola- reía.
-¡Ni loca, es todo para mí!- Le respondió ella y le dio un abrazo.
-Ahora quiero ver tu regalo- Dijo Nico.
-Bueno dale, espero que lo aproveches- Dijo Luli.

Curioso e impaciente por saber cuál es el misterioso regalo, él la miraba fijamente y ella le puso una mano en el hombro.

-Te voy a regalar 24 horas.- Dijo ella. –Se que no escribiste la carta y no quiero saber el porqué, pero yo se que vos podes, quiero que hagas que mi San Valentín no sea igual a la de todas las demás, demostrame que sos único y que puedo confiar en vos, por favor.-

Si ya se sentía mal antes, ahora se sentía peor, a Nico no le salían las palabras, la abrazo, estuvieron un rato mas juntos y se fue hasta su casa a dormir.

Ocho y media sonó el despertador, Nicolás quería aprovechar todo el tiempo que le quedaba, volvió a sentarse en el escritorio y su cabeza volvió a nublarse, no podía solo, necesitaba que algo o alguien lo ayudara. Busco libros de amor, tutoriales en internet, escucho canciones y nada le servía para poder escribir su carta.

Eran las cuatro y media de la tarde y Nico necesitaba relajar un poco la mente, salir del encierro de la habitación, por lo que salió por un rato a la vereda y se sentó sobre el cordón de la calle.

 Mientras el sol le daba de lleno en la cara vio que en la vereda del frente estaban sentados sus vecinos, Don Coco y Margarita, una pareja de ancianos, y sin saber que tenía que preguntar, fue con ellos en busca de respuestas.
Saludando con a mano los miro a los dos y les pregunto:

-¡Buenas tardes Don Coco! ¡Buenas tardes Margarita! ¿Les puedo preguntar algo? ¿Hace cuanto que están juntos?-
-Hace 46 años que estamos juntos, ¡y los años que nos quedan!- Dijo Don Coco mientras largaba una carcajada. Margarita lo miro mientras sonreía y apoyo su mano encima de la mano de él.
-¡Muchas gracias! ¡De verdad!- Dijo Nico con mucha felicidad y corrió hasta su casa.

Ahora sí, era el momento, las palabras caían como una catarata en la cabeza de Nico, se sentó en escritorio, tomo su lápiz y empezó a escribir.

Después de varias horas y de varios borradores sintió que la carta estaba lista, que ya no podía poner nada más, había puesto todo lo que sentía y que era lo que Lucia esperaba. Sin perder tiempo le mando un mensaje a ella diciendo que estaba yendo para su casa.

Una vez en la puerta toco timbre, ella salió afuera y sin dejar que lo salude la miro y le empezó a leer su escritura, el pedido de ella, la difícil y complicada carta.



“Quise escribir una carta y lo único que me salió fue esto:

“Feliz San Valentín, te quiero, sos lo más lindo que me paso, perdón si alguna vez te hice mal, sos la mejor y más hermosa de todas las personas”

Si, muy pobre. No me sale eso de escribir poemas, ni tampoco eso de transformar un sentimiento en palabras, fueron muchos borradores, muchas ideas vagas, imagínate que tan difícil es para mí que empecé diciendo:

“Feliz San Valentín”

Pero en ese momento me di cuenta que no te amo solo en San Valentín, sino te que te amo y te voy a amar todos los días, todas las semanas y todos los años, un día no me alcanza para demostrarte nada. Me gustaría que los días no duraran solo 24 horas, que duraran mucho más, así podría darte todo el amor que tengo para regalarte.

Seguí con la frase:
“te quiero.”

Y no solo me alcanzaba con decir “te quiero”, sino que también tenía que escribir que te quiero mucho, que te quiero muchísimo, que te quiero hoy, que te voy a querer mucho mas mañana y que te voy a querer para siempre.

 Después puse:

“Sos lo más lindo que me paso”

Y no, no sos lo más lindo que me paso, sino que sos lo más lindo que me paso, que me está pasando y que me va a pasar siempre. Es obvio que nadie más va a sentir algo así jamás, porque vos sos lo mejor que le paso al mundo, a la vida, a todo. Cada vez que te pienso te amo cada vez mas y yo te pienso siempre.

Y con culpa puse:

“perdón si alguna vez te hice mal”

Y la frase es muy pobre, no hay frase que describa lo estúpido y totalmente inconsciente que soy a veces, no me doy cuenta que te hago sentir mal, que te puedo perder, y seguramente es por estupideces sin sentido, tengo que entender que tengo tu corazón en las manos y lo tengo que cuidar como si fuera mi propio corazón, si se lastima, no tiene cura.

Termine poniendo que:

“sos la mejor y más hermosa de todas las personas”

Al principio me dio gracia poner “de todas las personas”, es que no hay más personas iguales a vos, no hay nadie con la que se te pueda comparar, sos única, irrepetible e increíblemente genial.
Y la palabra “hermosa” no me alcanza, se queda corta, no podría decirte qué me gusta más, si tus ojos o tu sonrisa, pero sé que siempre que te mire a los ojos me vas a regalar una.
Tampoco puedo decir si me gusta más tu pelo o tus manos, pero sé que son igual de suaves.
Ni hablemos de decidir si me gustan más tus labios o tu voz, pero siempre que me des un beso o que te escuche hablar, sabré que son igual de dulces.

En fin, era tanto que no sabía cómo poner todo, como demostrarte todo mi cariño y amor, por eso escribí esta carta, para decirte que de ahora en adelante quiero vivir siempre a tu lado, que cada vez que tome tu mano le pueda dar un sentido a mi vida, en fin,

TE QUIERO.

Nico Zalquin.”


Finalizada la lectura de la carta, Nico se arrodillo y sacando un anillo la miro a Lucia y le dijo:

-Por ahí no soy el mejor poeta, pero quisiera demostrar, escribir y vivir el resto de mis días junto a vos, Luli, ¿Te casarías conmigo?-

Lucia comenzó a llorar, llena de felicidad y casi sin voz lo tomo de las manos a Nico y dijo:

-¡Sí! ¡Prueba de amor superada!-


Fin.

Santi Diaz

lunes, 12 de junio de 2017

Jamás aprendo.


No sé si es algo que solo ocurra en tiempos modernos, la verdad que no me puedo imaginar que esto lo sintieran hace unos 30 o 40 años atrás, quizás hasta era peor.

En este momento lo que quiero es poder tocar su mano, abrazarla, sentirme seguro de que nada mas pasa, excepto el hecho de querernos.

Hablar a través de una pantalla no me expresa sus sentimientos, si no la puedo mirar a los ojos, nada tiene sentido. Escribimos dos veces antes de mandar un mensaje, nos convierten en dos seres perfectos donde uno jamás va a cometer el error de equivocarse, ocultando las verdaderas palabras que tenemos para dar, las que demuestran quienes somos realmente.

Yo la quiero, y mucho, entonces mi cabeza distorsiona la realidad y las lee en un sentido único, inventa con que expresión me las diría cara a cara, creando una fantasía sobre la verdadera personalidad de esa persona.

Finalmente, lo que sucede, es que me termino enamorando de una persona que existe solo en mi cabeza, al momento de verla, no es así, y todo se torna confuso, inquietante e incomodo.

Y lo peor, son las discusiones, si uno no le contesta al otro, no puede saber que le está pasando realmente, si llora, si no le interesa, si le causa gracia o si solo se enojo un poco, y eso te termina destruyendo.

Siempre trato de buscar nuevos caminos y la verdad es que nunca los termino de encontrar, camino en círculos y termino siempre en el mismo lugar. Quizás soy una persona que jamás logró acostumbrarse y adecuarse a los nuevos tiempos, siempre yendo un paso por detrás de los demás.

"Podrás decir que soy un soñador, pero no soy el único" dijo Lennon, y es tal cual, lo único que sé es que no soy el único, cada persona siente el mismo deseo, imagina su chico o chica ideal, por no conocer directa o indirectamente la realidad.

Es igualitario, mientras el imagina su chica ideal, ella imagina su chico ideal, siendo, quizás, dos realidades totalmente distintas.

No importa cuántas veces me pase, jamás aprendo.

Santi.

Ciudad Mariposa.


Esta es la historia de ciudad Mariposa. Una pequeña ciudad muy cercana a una gran montaña donde vivían cierto número de personas. Una ciudad que tenía mucho turismo, debido a la belleza de su paisaje y a la increíble leyenda que le dio origen a su nombre.

Hace mucho tiempo atrás, cuando apenas todavía era un pequeño pueblo, vivió una joven llamada Camila. Ella era una chica común y corriente, era dulce y tierna, iba siempre a clases y era de ayudar en las tareas de la casa. Siempre que finalizaba el periodo escolar, acostumbraba ir a un pequeño bosque sobre la montaña donde sabia haber muchísimas mariposas.

Un día, Camila, despertó con el deseo y el sueño de ser una mariposa, entonces, tomo papeles y cartones y empezó a armar sus propias alas. Las hizo bien grandes, llenas de colores y muchos brillos, al terminar, se paro en frente de su espejo y se las coloco.

Nunca se había sentido más contenta, saltaba y bailaba mientras agitaba sus grandes y hermosas alas. Al terminar con su pequeño show frente al espejo, tomo sus cosas y partió hacia el colegio.

Durante el trayecto, Camila noto que la gente la miraba distinto, con gestos de desprecio hacia la decisión de dejarse las alas puestas. Al llegar a la escuela, ella solo recibió abucheos, risas, insultos y miles de críticas, pero ella solo hizo oídos sordos y siguió sin que nada le importase.

En el salón, su profesora la reto, le pidió que se las quite y ella se negó. Debido a esto, la profesora le pidió a Camila que escriba en su cuaderno de comunicados el acto que estaba realizando y que al día siguiente se lo trajera firmado por sus padres.

Al llegar a su casa, no encontró a nadie, entonces fue a visitar a sus amigas mariposas en la montaña. Allí, se sentó y empezó a observar, solo miraba y nada más.

Con una gran energía y una amplia sonrisa miro sus alas sintiéndose una mariposa más del montón. Se acerco a la orilla de la montaña, alzo sus brazos, tomo sus alas, y se dejo caer.

Camila empezó a tomar velocidad, cerrando sus ojos empezó a agitar sus alas de papel y cartón, siempre con una sonrisa pintada sobre su rostro. En el camino iban quedando pequeñas lágrimas de felicidad, y como todo lo que cae, su pequeño vuelo finalizo en el suelo.

Fue la sorpresa y noticia de pueblo, de pueblos cercanos y lejanos también.

Tiempo después, su madre encontró su cuaderno de comunicaciones. En este se encontraba el texto escrito por ella el día que su profesora se lo pidió, en este decía:

“Hoy cumplí mi sueño, me transforme en mariposa, y sin que nada que detuviera y sin  importar las palabras de la gente cumplí mi prometido, no lloren por mí, porque al fin y al cabo, las mariposas viven solo un día”


A partir de ese día, la ciudad paso a llamarse Mariposa, debido a la importante lección y reflexión, que Camila, les había dejado.


Santi.

sábado, 10 de junio de 2017

Fin de la lluvia.


Solo Dios sabe porque creo la lluvia, pero esa tarde llovió, y fue hermoso.

No porque se asomara de a ratitos el sol, ni tampoco porque un arco iris pintara el cielo, no, nada de eso, esa tarde había fuertes vientos y grandes chaparrones.
Sin embargo, cuando las primeras gotas empezaron a caer lo primero que hice fue reírme y buscar donde refugiarme.

Corrí yo.
Corrías vos.
Corría con vos.
Corrimos los dos juntos.

Saltábamos entre los charcos como dos nenes chiquitos, no importaba nada más que ese momento, el agua era una caricia, pero aunque lo estuviéramos disfrutando sabíamos que no podíamos seguir estando bajo la lluvia, casi como un milagro encontramos reparo enseguida.

Estábamos totalmente mojados, el viento aun soplaba fuerte y el frio se hacía sentir mucho, recuerdo que te abrase, te di un beso en la mejilla y mis labios quedaron mojados.

Llovía sobre tus manos, sobre tus ojos, sobre tu pelo, llovía mi corazón. El abrazo más cálido, el momento más lindo, la sensación mas fuerte, los estaba viviendo en ese momento, quería que la lluvia nunca cesara, pero, siempre que llovió, paro.

Una vez que la lluvia se fue note que sus ojos mojados no eran por causa de este último, sino que eran pequeñas lágrimas, los dos no sabíamos bien porque, yo quería lo mismo que ella, también quería llorar, pero verla no me dejaba, sabía que la iba a poner peor.

Nos queríamos mucho, no hubo una sola ocasión donde alguno de los dos le quisiese hacer mal al otro, éramos felices desde la primera palabra del día hasta la última, nos decíamos perdón hasta por la giladita más tonta, siempre me dormía y me levantaba pensando en ella.

Vaya uno a saber porque razón o misterio, la única discusión que tuvimos nos separo, ninguno sabía que estaba pasando, nos estaba saliendo todo mal, no lo podíamos creer, no sabíamos que decirnos.

Entonces, de repente, suena un fuerte trueno, anunciando que la lluvia se aproximaba de a poco, una gran ráfaga de viento apareció sin pedir permiso y casi como si fuera un estimulo la volví a abrazar, sentí su calor por última vez, me soltó y casi sin poder mirarla a la cara, le tuve que decir adiós.

Hace treinta días que no llueve, y aunque el meteorólogo no me dé con exactitud en qué momento va a llover nuevamente, la espero sabiendo que ella lo está esperando igual que yo.

Mi Arco Iris en la lluvia es ella, y eso es algo que lamentablemente no se puede ver siempre. 

Santi...